La Reflexología se define como una técnica refleja, basada en la acción neurobioquímica que se provoca al estimular el área de una zona o un punto. Es una acción general o parcial en el organismo, e involucra diversas estructuras del sistema nervioso.

Actualmente conocemos la Reflexología podal, la de las manos y la Reflexología facial.

El estudio del rostro no es reciente en las sociedades con una medicina de larga tradición, ya que la cara está dotada de cierta supremacía con relación al resto del cuerpo. Se reflejan los sentimientos, los comportamientos psicológicos y fisiológicos, así como las afecciones del cuerpo entero.

La cara está recorrida por una red de circulación sanguínea, nerviosa, de meridianos de acupuntura; la densidad no tiene equivalente en ningún otro lugar del cuerpo. Es, por tanto, el lugar más sensible.

Para hacer una sesión de Facioterapia o de Reflexología facial, seguiremos siete pasos a través de los cuales desarrollaremos la terapia para descubrir dónde tenemos el desequilibrio y la mejor forma de tratarlo.

La sesión se llevará a cabo con la persona tumbada boca arriba, en un ambiente agradable y relajado. En silencio y con música de fondo, la persona se relajará mientras recibe un masaje en la cara con una ligera presión para lograr el bienestar del paciente.

Debido a la forma de tratamiento de la Facioterapia, obtenemos resultados beneficiosos tanto para el organismo como para la piel, y resulta un excelente tonificador y reafirmante facial.